martes, 21 de mayo de 2013

¡Yo quiero conocer a Jesús!


“Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?” Lucas 24.32



Se dijeron los dos discípulos al darse cuenta que el Maestro, que tanto añoraban ver, estaba con ellos en ese mismo instante… ¡Sus ojos fueron abiertos! Pudieron conversar con Él y hasta compartir el pan con Él, ¡aquél que pensaban muerto había resucitado!.

Que gozo más grande es haber compartido en persona con Jesús, ¿no crees?, pero… creo que te tengo una buena noticia… ¡una gran noticia!. ¡Sí! podemos compartir con Él, de hecho en un momento atrás estuve con Él compartiendo una hermosa mesa en mi iglesia, Dios nos prometió a un Consolador, ¡el Espíritu Santo!, cuando los discípulos supieron que su Maestro se iría, Él dulcemente les responde:

“Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.”

Qué pasa si te dijera que puedes estar con Dios, con Cristo Jesús ¡todos los días!, cada minuto, cada segundo con Él. Sin duda es maravilloso escuchar eso, nuestros corazones arderían ¿no crees?... Pero, ¿has sentido su presencia? ¿Le conoces realmente? ¿Quieres conocerlo realmente? ¿Quieres caer como muerto como cuando Isaías contempló su gloria? ¿Quisieras quedar ciego como cuando Pablo ve a Jesús? ¿No te gustaría se LLENO de su presencia? .Parece que es algo tremendo ¿no crees?.

Quién sabe, si Saulo pudo haber caído en muchos pecados, hubiera seguido matando cristianos, por no haber conocido a su Dios y ser lleno de Él, qué habría sido de todos los profetas si no hubiese estado la gracia de Dios sobe ellos, si no hubieran conocido esto tan grande, tan increíble, ¡¡tan hermoso!! ¿Te das cuenta? Dios es quien lo llena todo en todo, Dios es quién te demuestra que Él es quien da el agua viva ¡y quién lo beba no tendrá más sed! ¡Cómo anhelo fervientemente que Dios nos inunde completamente en este momento!!, Él no es fábula, no son mitos ni cuentos… ¡¡Dios sí existe!! Cómo nadie me lo había dicho antes, ¡¡Él es real!! Y nos invita a aceptar este hermoso e inmerecible regalo de aceptarle como nuestro Salvador, Señor, Padre, Amigo, Consolador.

Que increíble, yo quiero conocerle… Para ser como Pablo y predicando y amando a todas las almas por una pasión indescriptible, ser como Esteban y defender el evangelio hasta ser apedreado, ser como Isaías y caer como muerto al verle, ser como mi Jesús… y amar hasta dar mi vida por alguien. Algo les impulsaba a hacerlo ¿no crees?.

Dios te bendiga en esta gran semana, no descanses en buscarle porque cuando le encuentres ¡tu corazón no parará de arder de gozo!

lunes, 13 de mayo de 2013

Confraternidad zona GELC de Concepción en Renca.



Según la actividad planificada, el día viernes 26 de abril, nos reunimos un grupo de jóvenes que estudian en la ciudad de concepción, y que conforman el grupo “Los del Camino”, para dirigirnos a la ciudad de Renca, para participar de una confraternidad de la zona GELC de Concepción, junto a la amada iglesia de aquel lugar los días sábado 27 y domingo 28 de Abril. Viajamos durante la noche para  llegar a aquel lugar de mañana, donde nos esperaban con mucho gozo y placer.


La principal actividad realizada durante el día, fue el trabajo de predicación realizado en conjunto a los hermanos de la amada de Renca. Durante la mañana nos dirigimos al local “Villa del Sol”, y por la tarde al local de “Huamachuco”, donde fue anunciado el mensaje de salvación, a aquellas almas necesitadas, afligidas. Sin lugar a dudas sentimos la presencia del Señor, al anunciar la palabra de Dios, quien nos dio la gracia, y dirigió en todo momento.
En este punto quisiera hacer un alcance, respecto a la bendición que gozamos los hijos de Dios, puesto que en aquellas poblaciones habían muchos jóvenes, niños y adultos que estaban oprimidos, por la drogadicción, el alcoholismo, la pobreza, violencia, etc.
Fuimos alcanzados por la misericordia de Dios, estando perdidos y lejos de Él. Nació una esperanza en nosotros, por medio de Jesús, por tanto ahora, lo que por gracia recibimos, es necesario que anunciemos con testimonio y verdad en nuestras vidas.
Fuimos llamados a anunciar este mensaje de salvación, a ser luz en medio de este mundo, y sal de la tierra. 

“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.”
                                                                                             Sn. Marcos 16:17

Dios nos llamo para que por medio de la palabra de Dios, las almas alcancen salvación, y para ello es necesario que el amor de Él, este en nuestras vidas. Para que nos nos cansemos, para que dejemos nuestra comodidad, nuestra tibieza, y hagamos la voluntad de Él.

Al terminar este trabajo de predicación se pidió una palabra al señor, quien nos hablo en el libro de San Juan 21:6.



“El les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces.”



Nos gozábamos al recibir esta palabra, porque se cumplía el propósito de Dios en el trabajo realizado. Creemos que sin lugar a dudas, el señor llamara y plantara a muchas almas en aquellos locales, donde fue pregonado y anunciado el mensaje de salvación.


 

En la noche nos reunimos junto a toda la iglesia en el templo central, donde recibimos la palabra de Dios, la cual se encuentra en el libro de San Juan 20:24-29.
Por medio de este pasaje el señor nos llama a ser creyentes, respecto a la verdad que se nos ha sido revelada.
“ Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.
Solo es necesario que siempre nos presentemos a Dios con un corazón sincero, para  que Él se manifieste a nuestras vidas. Fue de mucho gozo aquel servicio de adoración a Dios.
En el día domingo, las actividades comenzaron desde temprano con la oración de la iglesia, para mas tarde participar de una predicación de mañana y del estudio de la palabra, en la escuela dominical.
Finalmente, después de un almuerzo, nos volvimos a Concepción, gozosos de haber participado junto a los hermanos de aquella ciudad, donde la comunión y la unidad de Cristo, se manifestó mediante el amor que Dios puso en nuestro corazones por aquella hermandad.



Poseedor de una promesa




Una hermana nueva en el evangelio, oyó cierto día un predicador que hablaba acerca de Abraham, y la promesa dada por Dios a este hombre, sobre la Tierra Prometida, de la cual fluye leche y miel.
Ella pensó qué maravillosa debía ser esa tierra que Dios había hecho mirar desde la altura a Abraham, la cual sería suya y de su descendencia.

Pasó algún tiempo y la hermana comienza a leer la historia y los capítulos de
La Biblia, que hablaban sobre aquello. En su lectura descubre que aquella tierra estaba habitada, por reinos y además gigantes. Entendió que la promesa estaba hecha; sin embargo, los israelitas, debían ir y luchar por conquistarla.

Dios, les había dado instrucciones claras y precisas y ellos podían confiar que a pesar de los obstáculos y dificultades, el Señor mantendría su promesa firme y fiel.

Hoy, nosotros, somos poseedores de las mismas promesas, y están dadas las instrucciones para obtenerlas, pero ¡cuánto nos cuesta alcanzarlas!! ¡Cuánta dificultad hallamos para hacerlas nuestras!!
Como jóvenes, sabemos que debemos luchar y esforzarnos, sabemos que debemos perseverar, y ser fieles al Señor, sabemos que debemos constituirnos enemigos del mundo, y negarnos a nosotros mismos, y guardarnos del pecado. ¿Pero estamos haciendo verdaderamente lo que Dios nos manda hacer?
Luego, ¿por qué nos llenamos de dudas, y nos sentimos amedrentados ante los problemas y ante las situaciones que amenazan nuestra tranquilidad?
¿Podemos ante las pruebas y adversidades ver todavía más allá, hacia donde brillan las promesas y decir como el apóstol: “Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria…” 2Corintios 4:17

Que decir si Jesús mismo nos advirtió que en el mundo tendríamos aflicción, pero aún allí estaba la promesa: “Confiad, confiad, YO he vencido al mundo…” Juan 16:33, y el apóstol: “Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios…” Hechos 14:22. Otra vez allí, en medio de una sentencia que angustiaría cualquier alma, brilla una promesa: Entrar en el reino de Dios… ¿No es acaso ese el fin y anhelo de todo creyente?
¿Es poca esta promesa para obtenerla sin padecer? ¿Deberíamos tomar atajos, para reducir las penalidades del camino angosto?

Hermanos, cada uno de nosotros sabe por quién, y para qué fue llamado.

Todo para la Gloria de Dios.

domingo, 5 de mayo de 2013

Mi esperanza está en ti






Meditación Semanal Grupo “Los del Camino” UdeC                                      Domingo 05 de Mayo, 2013


“Y ahora, Señor, ¿qué esperaré?  Mi esperanza está en ti
Salmos 39:7
Muchas veces hemos oído decir “Cristo es tu única esperanza”, pero debemos preguntarnos ¿qué es la esperanza? Según el diccionario es definida como “Estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos,” y también “En la doctrina cristiana, virtud teologal por la que se espera que Dios dé los bienes que ha prometido.”
La esperanza entonces tiene que ver con lo que yo espero en el Futuro, “Y ahora, Señor, ¿qué esperaré?  Mi esperanza está en ti”. (Salmos 39:7). El salmista pregunta qué esperará, de donde vendrá la respuesta o en quien hemos de esperar, al reflexionar sobre esto se da cuenta que sólo puede esperar en el Señor.
Muchas veces en nuestro caminar experimentamos debilidades, luchas, tentaciones; todo esto produce un cansancio o fatiga espiritual “Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán” (Isaías 40:30-31). Pero como dice Isaías “los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas”, por lo tanto esperemos en Jehová, en sus promesas que son fieles, esperemos en su palabra que no falla.
Pablo nos alienta a abundar en la esperanza  “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo”. (Romanos 15:13).
El salmista nos llama a “Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová, y tome aliento vuestro corazón”. (Salmo 31:24).
Amados hermanos los invito a que durante esta semana sepamos esperar en las promesas fieles del Señor Jesucristo, a esperar con gozo y paz en él, les invito a que sus corazones tomen aliento. Aunque tengamos muchas dudas respecto de muchas cosas, nuestro futuro, nuestras finanzas, nuestras calificaciones o enfermedades, les digo tomen aliento en su corazón.
Hay una promesa bendita para los que esperan en Jehová, un canto de victoria “He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen, sobre los que esperan en su misericordia, para librar sus almas de la muerte, y para darles vida en tiempo de hambre. Nuestra alma espera a Jehová; Nuestra ayuda y nuestro escudo es él. Por tanto, en él se alegrará nuestro corazón, porque en su santo nombre hemos confiado. Sea tu misericordia, oh Jehová, sobre nosotros, Según esperamos en ti.”(Salmos 33:18-22).


Todo para la Gloria de Dios.

Que Dios bendiga a cada lector y que cada semana  podamos decir:

¡Mi esperanza está en ti Señor!