Siendo visitados por un
hermano, proveniente de la iglesia de Concepción, el Hno Pablo Martinez, mediante la gracia
del Señor, exhorto la palabra en el libro de Génesis 6:1-8, a
continuación describimos de forma breve lo recibido en aquel
servicio de adoración a Dios.
“...Y vio Jehová que
la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio
de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente
al mal.” Génesis 6:5
Del momento en que la
primera pareja creada por Dios, (Adán y Eva) pecaron, cayeron en
desgracia ante Dios, sus ojos fueron abiertos y se encontraron
desnudos, lo cual no solo implica una desnudes física, sino también
espiritual, ya que ahora el pecado había corrompido la comunión que
existía entre el hombre y Dios, como resultado de lo anterior hubo
una consecuencia, y el hombre intento justificarse diciendo “... La
mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí”.
Podemos observar la debilidad del hombre, al querer evadir la culpa
de sus acciones y de la desobediencia ante la tentación presentada
por satanás, simbolizado por la serpiente antigua. Por tanto hubo un
castigo, fueron expulsados del Edén, maldita fue la tierra por causa
del pecado, y fue multiplicado en gran manera los dolores de parto en
la preñes de la mujer.
A causa de lo anterior la
geneologia del hombre es de muerte, puesto que nace en pecado, el
corazón del hombre es de continuo al mal, y las escrituras revelan
como los hijos de Dios se llegaron a las hijas de los hombres, “Y
Jehová dijo: No contenderá mi Espíritu con el hombre para
siempre...”, por lo cual fueron acortados sus días, disminuida su
longevidad, no como una maldición, sino por la misericordia de Dios
para que la corruptibilidad del hombre se acortara, reduciendo así
la posibilidad de hacer el mal.
“...Y se arrepintió
Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolío en su
corazón.” Dios creo al hombre a la imagen y semejanza de Él, sin
embargo las acciones de los hombres eran contrarias a lo establecido
por Dios, se alejaban de la santificación y la justicia de Dios. La
tierra se había corrompido y estaba llena de violencia, es por esto
que determina raer de la faz de la tierra a los hombres y todo ser
creado, toda carne en que había espíritu de vida, bestias,
reptiles, aves mediante un diluvio sobre la tierra, de cuarenta días
y cuarenta noches.
Sin embargo dentro de esa
generación, había un varón justo, perfecto, que camino con Dios, y
hallo gracias ante Él, era Noé, con el cual estableció un pacto
diciendo: “... y entraras en el arca tú, tu mujer, y las mujeres
de tus hijos”.
Hoy vivimos en una
sociedad corrompida, llena de violencia, ¿ Verdaderamente estamos
viviendo agradando a Dios?, ¿Como son nuestros pasos?, lo que
vivimos hoy, solo nos muestra la imperiosa necesidad de redención y
restauración, la cual se puede alcanzar mediante Jesús, el hijo de
Dios, quien padeció por nuestros pecados y hoy nos llama al
arrepentimiento.
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