Diariamente vivimos pensando en que el día de mañana
existirá, y en ese afán nos volvemos tolerantes a ese pensamiento, que permite
que nos sumerjamos cada día en las cosas cotidianas de la vida, en muchos
afanes que muchas veces toman el sentido de nuestra vida.
En la palabra de Dios
en el evangelio según Mateo 24:36 dice:
"Pero el día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino
sólo mi Padre. "
Sabemos que el día y la hora nadie lo conoce y es por lo mismo que debemos encontrarnos
preparados en todo tiempo y cada día. Quienes hemos leído, estudiado o escuchado
de la palabra de Dios, sabemos que Dios nos invita a que nuestro pensamiento,
nuestra mirada, nuestro sentir y todo nuestro vivir esté en Él y que ningún afán terrenal o responsabilidad en esta tierra nos impida
que Él logre ser lo mas importante cada día en nosotros y en nuestras vidas.
También en Mateo 6:25 la palabra de Dios dice:
"Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra
vida, que habéis de comer o que habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis
de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? "
Esta palabra nos habla claramente sobre despojarnos de nuestros afanes y
preocupaciones, para que cada día nos encontremos en Él, unidos a Él, viviendo
según Su voluntad, sin ningún pensamiento terrenal, para que cuando el gran
día en que los hijos de Dios estamos esperando, la segunda venida de nuestro Salvador , nos encontremos preparados, para poder volar libremente a su
presencia sin nada terrenal que lo impida.
Por ello hermanos cada mañana
al despertar, nuestra prioridad , nuestra primera necesidad, sea que durante
nuestra jornada diaria, nuestro pensamiento y sentir estén en Él, para que en
todo tiempo nos encontremos preparados, como si en cualquier momento nuestro
Salvador regresará.
Amén.
Toda la gloria sea para Dios.